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2017-02-09 | BCR

Informe del USDA

La revisión de las estimaciones de oferta y demanda del mes de febrero que realizó el USDA permite ver, por un lado, que el balance de cereales en Estados Unidos resultaría más ajustado de lo que se esperaba anteriormente y, por el otro, el abastecimiento de soja sería algo más holgado de lo que se esperaba, tanto por la estabilidad de la demanda para Estados Unidos como por un recorte más suave de lo que se temía para la producción argentina. Como resultado, el mercado ha reaccionado al alza en el caso del trigo y el maíz, mientras que la soja, al momento de publicación de este informe, cae.   Comenzando por el trigo, el USDA se hizo eco del mayor ritmo de exportaciones estadounidenses a la fecha, elevando su previsión de embarques para toda la campaña y ajustando con ello el stock final 2016/17 a 31 Mt, por debajo de las 32,3 Mt que preveía en enero así como también de las 32,1 Mt que, en promedio, descontaba el mercado. A nivel global, la producción proyectada fue ajustada en baja frente a las menores cosechas que se obtendrían principalmente en India y Kazajistán, al tiempo que la demanda se revisó en alza como consecuencia de un mayor uso para forraje. Con ello, los stocks finales estimados pasaron de 253,3 Mt del reporte de enero a 248,6 Mt en la actualidad, por debajo también de las previsiones del mercado. Vale destacar que el organismo incrementó su proyección de exportaciones argentinas de trigo para la campaña 2016/17 a 8,9 millones de toneladas, ajustando por ende los inventarios finales hasta 0,4 Mt.   En el caso del maíz, el USDA incrementó su estimación de demanda estadounidense, fundamentalmente por un mayor uso industrial previsto como insumo para la producción de etanol. Con ello los stocks finales en EEUU se ajustaron en baja en cerca de un millón de toneladas, quedando por debajo de lo que anticipaban los operadores. A nivel mundial, la cifra de producción fue revisada al alza, fundamentalmente en Méjico que obtendría una cosecha récord así como también en Ucrania. Del lado de la demanda, una mayor previsión de consumo forrajero y uso industrial en China. Globalmente, la demanda aumentaría casi el triple que la oferta (6,1 vs 2,1 millones de toneladas), por lo que los stocks previstos al final de la campaña debieron ser ajustados de 221 a 217,6 Mt, quedando nuevamente por debajo de lo que preveía el mercado. Las cifras de producción sudamericana, que el mercado aguardaba con atención, quedaron en 86,5 Mt para Brasil y 36,5 Mt para Argentina, sin cambios respecto al informe de enero.   A contramano, en el caso de la soja el USDA no hizo absolutamente ninguna modificación en el balance global para Estados Unidos, dejando invariable los stocks finales en 11,4 millones de toneladas. A nivel mundial en cambio, el ajuste relativamente fuerte que aplicó a la estimación de producción argentina (que pasó de 57 a 55,5 Mt) al tiempo que se mantuvo invariable la oferta de Brasil con 104 Mt, impactaron recortando la previsión de inventarios mundiales al final de la campaña, que pasó de una proyección de 82,3 Mt en enero a 80,4 Mt en febrero. Sin embargo, el consenso de los operadores apuntaba, por un lado, a un recorte en la cifra de inventarios estadounidenses en base a una proyección de demanda más abultada y, por el otro, a un ajuste aún más drástico de la cosecha argentina, en torno a los 54,5Mt. En ambos casos el USDA no dio la respuesta esperada, explicando la reacción bajista de los precios pese a que un volumen de stocks finales mundiales inferior a lo que se descontaba limita parcialmente la caída.